martes, 19 de julio de 2022

 

Gilvo / bolaspa


Solución de wordle

Solución a los wordle 146 y 147 del 15 de julio



"
Yo era ateo, pero ahora creo

Porque un milagro como tú

Ha tenido que bajar del cielo"



Con él, y ella, llegó la tangana. O la tángana, porque de ambas formas las recoge el diccionario. Es la palabra de la que más me interesa hablar en este artículo, pero demasiado fácil y conocida como para ponerla en unos wordle que pretenden ser escrablísticos. Lingüísticamente me seduce porque es difícil trazar su historia. 


Por un lado existe el esdrújulo tángano o tángana, a partir de tanga, este de "tango", primera persona antigua del verbo tañer, (latín "tangere"): 'tocar un objeto y por extensión un instrumento musical', según épocas. Esas cuatro formas eran el otrora conocido juego del chito. Hace tiempo que no veo jugar a esto, pero supongo que en el mundo rural de España todavía existe: tirar con tejos un cilindro de madera alejado, con o sin monedas encima. "Tango" sería el equivalente a "toco", y el que lo hiciera con el chito ganaba. De ahí se deriva el palo o piedra tanganillo, que sirve para sostener algo.

Por otro lado tenemos "tango", palabra que sirvió para indicar varios bailes en diversas partes de América y España; finalmente se popularizó a partir del baile rioplatense, que es el que verdaderamente se ha universalizado. DLE divide "tango" en dos lemas, lo que indica que se trata de un caso de homonimia y que por tanto son dos palabras diferentes que confluyen en un solo significante. Es probable que sigan en ello a Corominas, quien atribuye al baile un probable origen onomatopéyico, aunque planteando muchas hipótesis. Personalmente veo fallas en este autor al desechar fácilmente el origen en el verbo tangar, pero doctores tiene la Iglesia y por el momento no voy a ser yo el hereje. La Academia prefiere dar la callada a este respecto. 


El historiador de la lengua traza el recorrido de la palabra a través de varios diccionarios y se ve que siempre fue un baile de gente humilde, rayana en lo marginal: "baile de negros bozales" en Cuba, "baile de gente humilde" en Méjico, "reunión y baile de gitanos" o "baile de ínfima clase", además de bailes diversos en Andalucía y en la isla de El Hierro. 


Hasta la edición del diccionario de 1992 la acentuación era exclusivamente esdrújula, "tángana", que ya recoge los significado del juego del chito y del follón y pelea en el fútbol. Es a partir de la edición siguiente, la de 2001, cuando ya aparece indistintamente tángana o tangana. ¿Pudo hacerse la palabra paroxítona a partir del baile, que en un principio era barriobajero, y fuera eso lo que originara el significado de 'pelea'? Si fuera así, tendrían que ser dos lemas diferentes, uno procedente del juego del chito y otro procedente del baile argentino, pero no una sola palabra con doble posibilidad acentual como otras muchas que aparecen en DLE. 


Personalmente recuerdo mucha diversión en torno al juego del chito, pero no parece un juego proclive a crear grandes trifulcas (salvo que alguno se empeñara en tener muy mala "puntería" al apuntar con el tejo al chito, claro, y desviara considerablemente el tiro a un espectador o un rival). Si es así, descartaríamos que el significado de trifulca derivara del juego del chito.


Pero esto no es más que el preámbulo de lo que me parece verdaderamente interesante de esta palabra.  Siempre la había oído llana, "tangana", aplicada exclusivamente a una discusión, normalmente futbolera, utilizado por locutores de radio. Las tanganas eran habituales en un fútbol sin tantas cámaras ni tecnologías. Como juego, yo solo lo conocía como chito, o incluso como marro, que era una variante con barra metálica en lugar de con tejos. Pero un día, en un artículo de Fernando Lázaro Carreter, el catedrático y académico de la lengua, "El dardo en la palabra", en los que escribía si no recuerdo mal dominicalmente sobre palabras diversas y sus opiniones personales sobre ellas, lo empleó como esdrújula, probablemente atento al purismo de la palabra, a pesar de que conocía de sobra que la pronunciación llana era la usada: 


"El partido estaba caliente, los jugadores acudieron rápidos a la dialéctica de los puños, y se armó la tángana". 



Este artículo es de marzo de 2001, justo el año de edición del diccionario de la RAE en que se recoge por primera vez "tángana o tangana". 



Un año después, en otro artículo futbolero, "Será en cambio "incidente" la tángana que los sensitivos chicos del césped organizan por un quítame allá esa colleja". Bien fuera por estos artículos o por alguna intervención en medios de comunicación al respecto de esta palabra, el caso es que al día siguiente escuché a un periodista deportivo utilizar la acentuación esdrújula, alguien que nunca la había empleado. Desde entonces creo que volvemos a la "normalidad" y se acaba imponiendo el uso llano. Y digo normalidad porque aquello era un esfuerzo filológico por volver a una acentuación que nunca había estado clara. Dado que se ha hablado de tangos y de fútbol, nadie mejor que los lectores argentinos para decirnos si esta palabra, tangana, la pronuncian llana o esdrújula, y si la asocian de alguna manera al tango del baile.


En una especie de analogía con el principio de indeterminación, siempre me he planteado que en cierto modo la observación (y sobre todo la publicación) de determinadas cuestiones lingüísticas afecta a la medida en sí de la palabra. Por ejemplo, si a un hablante le preguntas si le parece bien formado en español y admisible para esa persona "se puso delante mía", empezará con las dudas, tratará de recordar lo que aprendió en el colegio o cómo lo dice su prima, esa que es tan lista y tan redicha. Si un filólogo con el prestigio de Lázaro Carreter, con cuyos libros de texto fuimos mortificados buena parte de la población de cierta edad, dice "tángana", en lugar del popular "tangana", eso hará que los periodistas deportivos, que no quieren pasar por incultos, se lo planteen dos veces antes de pronunciarlo (y prefieran trifulca, follón o cualquier otra, para no meter la pata). La observación del observador interfiere en el resultado, y eso no es deseable. 

O sí. Quienes se dedican al estudio de la lengua forman también parte de la sociedad que emplea esa lengua, y por tanto tienen todo el derecho a ser seres experimentantes. ¿Dónde está el límite? 


Que la palabra gilvo esté en el diccionario es una  equivocación. Nadie la utiliza y nadie la ha utilizado, fuera del ámbito de los diccionarios. No aparece en ninguna base de datos. Los tecnicismos filológicos como "enclítico" o "quiasmo" deben estar en el diccionario porque la lingüística es una rama más del conocimiento humano, así como están muchos pájaros solo conocidos por biólogos o términos arquitectónicos solo empleados por los profesionales de la materia. Sin embargo, gilvo solo se ha usado una vez en castellano que se conozca, y fue precisamente por Alfonso Fernández de Palencia, uno de los primeros lexicógrafos españoles, anterior aún a Nebrija, en una obra lexicográfica hispano-latina. "Gilvus" en latín es el color entre blanco y amarillo, aunque en el diccionario actual de la RAE aparece como color melado, entre blanco y rojo. En cualquier caso, no hay registrado un solo uso de esta palabra fuera de los diccionarios, y si no tiene un uso real en lengua viva, y es mero capricho lexicográfico, no tiene sentido que esté registrado en el diccionario. Este arrastra por inercia defectos que cuestan mucho corregir, edición tras edición. Más allá del scrabble, carecería de sentido revitalizar, o dar a luz, esta palabra.

Sin embargo, la filología, como cualquier otra materia del conocimiento, no solo tiene derecho a reflejar en el diccionario sus tecnicismos, sino que además puede inventar otros. Bolaspa probablemente sea la única palabra actual a la que le ocurre esto, pues es un invento meramente lingüístico. Lo mejor es copiar su significado del propio diccionario:


De bola y aspa.


1. f. En algunos escritos que tratan sobre la lengua, signo (⊗) que precede a las formas consideradas incorrectas y a los ejemplos que ilustran usos no aceptados en la norma estándar.


Ni en la Nueva Gramática ni en la Nueva Ortografía de la RAE habían recibido todavía nombre. Se nos dice en esta última obra: 


"...siguiendo la práctica del Diccionario panhispánico de dudas (2005) , con el signo ⊗ para señalar las formas o usos incorrectos, basado en el símbolo ⊗ que se emplea en matemáticas como operador del producto directo".


Posteriormente, los académicos, en un alarde de creatividad, la llamaron bolaspa. En una entrevista al director de la RAE en 2004, Víctor García de la Concha, leemos lo siguiente:


R. En realidad todo nace de importaciones, evoluciones, calcos... Pero sí, hay términos compuestos que sí se inventan, por ejemplo. Nosotros, para el Panhispánico, hemos inventado un “palabro” que es bolaspa.


P. Ahí quería llegar, ¿de bola más aspa?


R. Claro, el aspa es la prohibición, y para remarcarlo lo metemos en un círculo. ¿Y esto cómo lo llamamos? Pues bolaspa. Y empezamos a usarlo de una manera convencional, como herramienta de trabajo, y ahí está: es un signo.


Es una respuesta que se da a partir del auxiliar y prescindible a mi juicio Diccionario Panhispánico de Dudas, un parche puesto por la Academia mientras llegaba la redacción de la nueva gramática. Mientras, el asterisco se usa en la Nueva Gramática como signo de agramaticalidad, que no de incorrección, debido a su carácter a medio camino entre la gramática normativa y la gramática descriptiva, mucho más libre en este sentido que el Dicc. Panhispánico de Dudas. Por ello hay dudas sobre si bolaspa desaparecerá en la próxima edición del diccionario.


En resumen, la filología o la lingüística pueden estar representadas en el diccionario con los términos propios, no excesivamente técnicos, que deben ser susceptibles de ser leídos, interpretados y en su caso conocidos por un hablante medio de español o que aspire a serlo. Pero no se pueden incorporar palabras que no hayan tenido registros más allá del puro ámbito lexicográfico. Es un caso parecido al de "ahidalgar", del que ya hablé en otro artículo, o del verbo "acupear", que fue un error de transmisión y resultó ser una palabra que no existe, probablemente equivocación por acuerpar. Apareció en la edición de 2001, pero digitalmente ya lo han borrado. No hay que dejar rastro del crimen :-)


PALABRAS A RETENER EN SCRABBLE: tángana (tangana), tángano, tañer, chito, tanganillo, ahidalgar.

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