lunes, 11 de julio de 2022

 

Tríbada / bujarrón


Solución de wordle

Solución a los wordle 142 y 143 del 8 de julio




En esta semana se ha celebrado en Madrid la semana del Mado, Madrid Orgullo, como empezaba a ser tradición al inicio del verano, interrumpido solo por la pandemia. Es la fiesta de la celebración y reivindicación de la diversidad sexual y por ello desde estos articulillos quería rendir un pequeño homenaje con dos de las múltiples palabras que se han utilizado para denominar, casi siempre peyorativa o denigratoriamente, a los colectivos no heteronormativos. 


Bujarrón es una de mis palabras preferidas, en cuanto a lo puramente lingüístico. Conviene recordar que hay que distinguir entre las palabras, su nacimiento y formación, su significado y el uso que se hace de ellas. Que una palabra exista en el diccionario no nos da derecho a usarla impunemente, y este es un buen ejemplo. Y a la inversa, que una palabra no esté en el diccionario no implica que no podamos usarla. Quede claro que no comparto en absoluto llamar actualmente bujarrón a nadie, por su intención denigratoria. 


Y es que esta palabra se lleva la palma en cuanto a insultos se refiere, pues aúna la denominación geográfica y el credo religioso con la práctica sexual vilipendiada en el pasado. El diccionario de la RAE es certero:


"Del fr. bougeron, y este del bajo latín "Bulgarus" 'búlgaro', usado como insulto por los cruzados, que consideraban herejes a los búlgaros por su pertenencia a la Iglesia ortodoxa.


1. adj. Esp. Dicho de un hombre: Que sodomiza a otro. U. t. c. s. m. Usado más en sentido despectivo.

El diccionario lo circunscribe a España, y aunque no lo da como desusado, la verdad es que ni siquiera como insulto actual lo he oído nunca. En fin, los búlgaros herejes, usados como insulto, atribuyéndoles relaciones sexuales depravadas. Ampliando con el diccionario de Corominas, nos indica que posiblemente el catalán ejerciera de intermediario en el paso del francés al español. Está presente en todos los diccionarios bilingües de los siglos XVI y XVII, y ya en la primera edición del diccionario de la RAE, el conocido como "de Autoridades", en 1726: "el hombre vil e infame, que comete activamente el pecado nefando". Por tanto, es el hombre homosexual activo, no el pasivo. El pecado nefando es el "pecado de sodomía", y es nefando porque "causa repugnancia u horror hablar de ello", así en su sentido etimológico (de "nefandus" de lo que no se debe hablar). Nefandario es el calificativo dado a quien comete este pecado.


La primera lectura que he encontrado en castellano es en las "Coplas del Provincial", anónima o colectiva sátira social de la Castilla de Enrique IV, finalizando la Edad Media. En ellas vemos cómo nuestro epíteto cambia de nacionalidad y se asocia al blanco preferido de la Castilla preisabelina, los judíos, con su apéndice característico, la nariz:

 

A ti, fraile bujarrón,

Alvaro Pérez Orozco,

por ser de los de Faraón

en la nariz te conozco,

y es tan grande que me asombra,

y a los diablos del infierno,

que haze en el verano sombra

y rabos hace en invierno.


Lo más interesante de esta palabra es que se trata de un scrabble único de elevadísima puntuación, y no demasiado complicada de formar si nos la encontramos en el atril. 

Si la homosexualidad masculina ha sufrido tradicionalmente el oprobio a partir del cristianismo, la homosexualidad femenina ha pasado más desapercibida, quedando a menudo como divertimento erótico o expresión de la amistad femenina. Además, tenía fácil refugio en monasterios. Solo cuando esta ha dado la cara de manera reivindicativa, especialmente en los últimos tiempos, han surgido los adjetivos descalificativos, tales como bollera o tortillera, recogidas ambas en el diccionario como despectivo, malsonante, coloquial o vulgar. 

Hasta entonces, las denominaciones han sido incluso poéticas o cultas, como lesbia o lesbiana, que vinculan también la actitud homosexual femenina a un marco geográfico, pero sin vituperio ni para las practicantes ni para las naturales de la isla griega. De allí era Safo de Lesbos, primera poetisa lírica conocida, hacia los siglos VII - VI a. C., en cuya poesía se leen los primeros indicios de amor entre mujeres. Por ello, safismo es sinónimo de lesbianismo, y a sus practicantes se las conoce también como sáficas (aparte de ser el verso sáfico uno utilizado en la poesía lírica).

En latín ya existía el término tríbada o tribada, que era otra forma culta o poética de referirse a las mujeres lesbianas. El diccionario de la RAE nos da su etimología: 
"Del griego τριβάς, -άδος tribás, -ádos, derivado de τρίβειν tríbein 'frotar': femenino,  poéticamente lesbiana". 
Su origen en el verbo "frotar" griego da idea de su origen. La primera vez que aparece en castellano es en el diccionario de Nebrija de 1495, el "Vocabulario español - latino", y es aún mucho más explícito: 
Muger que lo haze a otra. tribas-tribadis. 

Muy interesante es también el artículo "marimacho" que el genial lexicógrafo Sebastián de Covarrubias recoge en su suplemento al "Tesoro de la Lengua Española Castellana", y en el que se hace mención a la "tribade" (no recogido en el diccionario):

MARIMACHO. (Añade). Este nombre a puesto el vulgo a unas mugeres briosas y desembueltas que pareçe aver querido naturaleça hacerlas hombres, sino en el sexo, a lo menos en la desemboltura. De las quales Martial hace mención como de Bassa tribade, y de Philenis en muchos Epigramas, pero en efeto a avido algunas que siendo mugeres an mudado el sexo en varones para verificar la fábula que escrive Ovidio. Verás la palabra Cenis. Y porque esta monstruosidad no faltase tampoco en el sexo viril a avido hombres afeminados que naturalmente se aplicaron a los exercicios de mugeres como Sardanápalo, Nerón, Heliogábalo, y otros. Al valeroso Hércules en cierta manera podemos escusar quando Onfale le hiço hilar sentado entre sus donçellas, y a Achyles en trage de muger entre las hijas del rey Lycomedes, porque al uno venció el amor y al otro la obediencia de su madre. 

El lesbianismo a menudo se confundía o disfrazaba en la antigüedad con el caso de mujeres que por su fiereza o valor actuaban con el brío que se tenía entonces propio de los hombres. Recuerdo los recelos que de pequeño causaban las mujeres que querían o pretendían jugar al fútbol, y afortunadamente, en estos momentos se está jugando la eurocopa femenina de naciones sin levantar mayor resquemor en la sociedad. Estas eran las marimachos de mi infancia, pero en otras épocas recibieron nombres, a medio camino entre la admiración y el vituperio, como viragos, hombrunas, machorras, cachapera (esta última, lesbiana en Costa Rica y Venezuela), todas ellas en el diccionario.

Tribada, combinación bastante habitual en scrabble, solo tiene otro anagrama, poco conocido también: bradita, 'estrella fugaz de poco brillo, y que aparentemente, se mueve con lentitud'. 

En fin, feliz semana del orgullo y diversidad sexual.

PALABRAS A RETENER EN SCRABBLE: 
bujarrón, tríbada, nefando, nefandario, bollera, tortillera, lesbia, lesbiana, safismo, sáfico -a, marimacho, virago, hombruna -o, machorra -o, cachapera, bradita


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